
Aitor, Aitor. ¿Eres tú un ruiseñor?
No creo. Pareces más bien un tambor.
Llevas tu gota a todas partes.
El día que sea, sábado o martes.
Aitor, Aitor. Me dan serios escalofríos
cuando veo tu puta cara sin señorío.
Tus extraños dedos me evocan miedo
y tu actitud me causa desasosiego.
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